Pensando en el otro parte 2




5) Consolar al triste. El consuelo para el triste, para el que sufre alguna dificultad, es otra obra de misericordia espiritual. Acompañar a nuestros hermanos en todos los momentos, pero sobre todo en los más difíciles, es poner en práctica el comportamiento de Jesús que se compadecía del dolor ajeno. Un ejemplo viene recogido en el evangelio de Lucas. Se trata de la resurrección del hijo de la viuda de Naím: “Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda, a la que acompañaba mucha gente de la ciudad. Al verla el Señor, tuvo compasión de ella, y le dijo: No llores. Y, acercándose, tocó el féretro. Los que lo llevaban se pararon, y él dijo: Joven, a ti te digo: Levántate. El muerto se incorporó y se puso a hablar, y él se lo dio a su madre”. 


Antes de iniciar los programas hacemos una oración y cuando se preparan los guiones oramos fervientemente para que Dios mismo nos utilice como instrumento que ayude a expresar conceptos claros y textos que permitan consolar a las personas y enfrentar mejor sus dolores. Podríamos, todos, interrogarnos si en la actualidad hacemos esta obra de misericordia con tantos amigos cercanos y familiares que están tristes y sufren.


6) Sufrir con paciencia los defectos de los demás. La paciencia ante los defectos ajenos es virtud y es una obra de misericordia. Sin embargo, hay un consejo muy útil: cuando el soportar esos defectos causa más daño que bien, con mucha caridad y suavidad, debe hacerse la advertencia. En los programas somos muy claros en exponer cuando un comportamiento o idea están mal y los corregimos a la luz de la doctrina.



7) Orar por vivos y difuntos San Pablo recomienda orar 

Por todos, sin distinción, también por gobernantes y 

Personas de responsabilidad, pues 

“Él quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento 

de la verdad”. (1 Tim 2, 2-3). 

Los difuntos que están en el Purgatorio dependen 

de nuestras oraciones. Es una buena obra rezar por éstos 

para que sean libres de sus pecados. (2 Mac 12, 46). 



Gracias a Dios y nuestra Santísima Madre por hacernos su instrumento en los micrófonos de una emisora católica. Terminamos citando un texto de San Josemaría Escrivá de Balaguer, que inspiran constantemente este trabajo en la radio:

“Para seguir las huellas de Cristo, el apóstol de hoy no viene a reformar nada, ni mucho menos a desentenderse de la realidad histórica que le rodea... –Le basta actuar como los primeros cristianos, vivificando el ambiente.” (Surco, 320)


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